jueves, 12 de septiembre de 2013

¡OH! ¡OH!


Ya no me acordaba de como era esto, los nervios en el estómago, la incapacidad para ingerir nada o, el hambre arrolladora que te hace devorar todo lo que encuentras a tu paso.

No me acordaba de esta sensación de montaña rusa. Ahora arriba y, en dos segundos abajo.

Si no te escribe en todo el día te sientes la persona mas miserable del mundo: "No le gusto", "nunca mas vamos a hablar", "soy fea" etc.

Y, de repente, llega un mensaje, un whatsapp, una llamada o, una señal de humo y, te sientes, otra vez, en una nube, la mas feliz y afortunada del planeta.

Se me había olvidado como era estar pendiente odo el día del teléfono o, peor, intentar no estar pendiente. Admitamoslo, no lo conseguimos y, solo nos crea ansiedad.

Tú, tan cuerda, tan madura, tan buena dando consejos a problemas ajenos. Tú, te acabas de convertir en una persona bastante bipolar y, lo sabes. Juras que te vas a controlar, que no vas a cometer los error de siempre pero... es que ¡lleva dos días sin escribirte! y, la loca que llevas dentro, bien oculta, empieza a reberlarse.

¿Por qué nos pasa eso? ¿Por qué me pasa a mi?

Porque me gusta, porque quiero conocerle, y me gusta más. Y...no tengo paciencia.

Un (AUTO) consejo:

Si estas total y absolutamente segura de que no es buena idea hacer algo que te mueres por hacer, por favor, para, respira y cuenta hasta díez. Si, aún así, tienes ganas de hacerlo, ¡hazlo! Después de todo, así eres y, a el, le tienes gustar tu, como eres. Con virtudes y defectos. Y, si no, ¡Que nos quiten lo bailaó!

Y en mis oídos:



viernes, 6 de septiembre de 2013

Escribo

Adoro escribir y, lo hago en cualquier rincón, en cualquier momento y, en cualquier superficie.
Escribo cuando lo necesito y, por muchos motivos.

Escribo en hojas sueltas, en el cuaderno del trabajo, en el móvil, en post- it e incluso en servilletas.

Escribo en el trabajo, en casa, en el autobús, en el tren, etc. He escrito en aviones, y en mitad de la calle. Sentada en un banco del parque, o a las 4 de la mañana en mi cama.

Escribo para mi, para sentirme mejor o para sacar lo que tengo dentro. No se si escribo bien o mal, solo se que lo hago. Escribo y, escribo y, escribo. 

Escribo cuando algo me ilusiona, cuando estoy feliz pero, mas, cuando estoy triste aunque me moleste un poco admitirlo.

Escribo sobre cosas que me pasan pero, también, escribo historias que me invento, ideas que ocurren solo en mi cabeza.

Escribo para decirte (te) lo que no puedo decir en voz alta.

Escribo para curarme, para ser sincera, para quitarme lastre...

Escribo porque me gusta.

Escribo, escribo, escribo...


Y en mis oídos (ahora)